Génesis de El Erial


Conversación entre don Manuel López (actual dueño de El Erial) y Byron Retana (asistente de don Manuel), sobre la creación de la redes sociales para la librería.


NUESTROS COMIENZOS

Don Carlos Valverde, fundador de El Erial.

            Eran los mil novecientos cuarentas y el mundo estaba todo revuelto. La Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo. La situación económica del país estaba muy mal: convulsión política, huelgas, escasez de productos, problemas de comercio con el mundo y si bien se producían algunos artículos de primera necesidad, los importados ya habían desaparecido de los comercios, incluso había cupones de racionamiento hasta para alimentos básicos como granos, azúcar y harina. Tampoco se podían conseguir muchos de los libros de estudio en uso en el país.

En los colegios había textos de estudio elaborados por los “Profesores de Estado” como Don Alejandro Aguilar Machado, Don Anastasio Alfaro, Don Bernardo Alfaro, Don Indalecio Sáenz, Don Napoleón Quesada, Don Carlos Monge, y otros, pero también había libros y novelas de lectura obligatoria como El Quijote, que eran importados y que obviamente escaseaban, no se podían importar.

En este contexto es donde el joven Carlos María Valverde Vargas,  se lanza  a la aventura de abrir una librería y compra y venta de libros, novelas, textos de estudio y de otras lecturas tales como historietas y revistas.

Lo llamó EL ERIAL que significa “campo sin cultivar”, por ser un tipo de comercio nuevo en el país. Dado que había un continuo discurrir de estudiantes entre el centro de San José y el Liceo de Costa Rica, se instaló a mediados del Paseo de los Estudiantes donde estuvo por 25 años y en el año 1968 se trasladó frente a la Escuela España, más céntrico, que es donde se ubica desde ese entonces, con más de 40 años ya.

Así nació EL ERIAL, como apoyo al enriquecimiento cultural y la educación nacional (según él lo expone en entrevista del año 1976), para poner a la venta publicaciones que ya están fuera del mercado o no se consiguen con facilidad. Además, por tratarse de artículos usados, es una fuente de bienes donde el factor precio los hace asequibles a todos sin problemas de limitación económica. La librería EL ERIAL fue adquirida por el señor Manuel López Mora en Enero de 1990 

NUESTROS CLIENTES

Don Victor Hugo Bonilla, cliente frecuente de la librería y gran amigo.
Valga resaltar que en Costa Rica, desde pequeños, a todos los niños y niñas  se les resalta la importancia de los libros y es por ello que se da una verdadera pasión por los mismos lo cual hace de este mercado uno muy activo sin distinciones o diferencias de ninguna clase. Así se puede decir que la clientela de EL ERIAL cuenta con:
  • Profesores y estudiantes en procura de sus libros de estudio.
  • Gente en busca de libros especializados, sea de tipo académico (filosofía, arte, etc.) u otros como esoterismo, medicina natural o curiosidades históricas (libros viejos), etc. 
  • Personas en la construcción de “su” biblioteca personal y donde la “orientación al cliente” es una labor de gran relevancia, incluso con listas de obras de Premios Nobel.
  • Aquellos que por tener el hábito de leer, se apoyan en el sistema de “cambios”, con el pago de una fracción del valor del libro de recambio
  • Visitantes por primera vez, casi siempre referidos por clientes habituales.
  • Muchos que son llevados por sus Padres, clientes antiguos que han conocido y disfrutado los beneficios y “hallazgos” en EL ERIAL y lo desean para sus hijos.
Próximamente esperamos también tener una gran cantidad de amigas y amigos por medio de las redes sociales, campo en que estamos iniciando nuestra incursión.

PANORAMICA DE LA LIBRERÍA

Vista externa de la librería sobre avenida 4 bis.
La ubicación de la librería es en el Paseo de los Estudiantes, también conocido como el Barrio Chino, al costado sur de la Iglesia de la Soledad (nueva ubicación desde septiembre de 2013).

2 comentarios:

  1. Excelente tienda, la ubicación, orden, atención, precio, contenido ¿que mas pedir? Sigan adelante en esta importante tarea de difundir la lectura entre la sociedad.

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  2. Pensé que había desaparecido. En los70´s conocí el lugar y a don Carlos. Ahí empecé a formar mi biblioteca siendo estudiante del LCR. Recuerdo el olor de los libros y el viejo piso de madera que crujía al caminar.

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